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Osaka y la política exterior

  • Foto del escritor: Somos MX
    Somos MX
  • 7 jun 2019
  • 3 Min. de lectura

Por José Manzano (@Manzaano)

No es una sorpresa que uno de los principales temas que están dando de qué hablar en múltiples espacios es la gestión y el futuro que le depara la política exterior de este gobierno. La noticia de que el presidente de México no asistirá a la cumbre del G-20 en Osaka generó revuelo y polémica sobre lo que debe ser el papel de México en el mundo. En ese sentido, muchos críticos del presidente arremetieron contra él con ira bajo el argumento de que era la primera vez que un presidente no asistía a este foro y otros, con profunda soberbia señalaban que era mejor su ausencia para que nos “ahorrara vergüenzas”.


Ambos argumentos carecen de análisis y no aportan ningún argumento de sustancia sobre las verdaderas razones por las que es importante que el presidente asista a la reunión. Más allá de escenarios fatalistas del papel de México en el exterior que caen en la ridiculez, un primer argumento es que indudablemente se desperdicia una oportunidad crucial para nuestro país; recordemos que los países que integran este foro aglutinan el 80% de la economía global, por lo que la cumbre en Osaka sería el espacio y el momento ideal para discutir temas económicos y comerciales vitales con otros países que bien podrían coadyuvar a mejorar el panorama económico que se augura para nuestro país en los próximos días. Si bien México estará representado por los Secretarios de Relaciones Exteriores y de Hacienda, en un foro como este, la ausencia del jefe de Estado sí marca una diferencia importante.


En segundo lugar, y tomándole la palabra al presidente sobre lo que comentó acerca de la importancia de discutir sobre la desigualdad en dichos foros, la participación de Andrés Manuel en ese sentido sería más que bienvenida, pues tanto su visión de la pobreza y la desigualdad como el proyecto económico para el país podrían poner sobre la mesa temas fundamentales para el desarrollo en los cuales México puede adquirir un liderazgo importante.


En tercer lugar, la participación de AMLO en dicho foro presenta una oportunidad inigualable de presentar de primera mano la visión del gobierno en materia comercial, económica y política. Recordemos que sería la primera vez que se encontraría con varios de los mandatarios de los países que integran el foro, por lo que dar a conocer el proyecto que México cuenta en materia de política exterior, con proyectos tan importantes como el Plan Regional de Desarrollo para Centroamérica y el Sureste de México, permitiría impulsar la participación activa y el estrechamiento de lazos entre México y varios países fundamentales para la economía mundial.


Y finalmente, la razón por la que era fundamental que AMLO fuera a la reunión del G20 es porque era el momento idóneo para una reunión con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y negociar directamente el tema del anuncio del aumento de los aranceles; si bien no para una victoria en la negociación, sí para intercambiar perspectivas fundamentales sobre la migración en ambos países y para contener y posiblemente evitar medidas más graves.


Esperemos que a pesar de la ausencia del jefe de Estado la delegación mexicana pueda tomar en cuenta los puntos que he explicado previamente, y que en el futuro, Andrés Manuel considere que hay momentos en los que la presencia del presidente en foros multilaterales es crucial, y este era uno de ellos.

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