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La cuarentena se acabará, ¿y después?

  • Foto del escritor: Somos MX
    Somos MX
  • 4 may 2020
  • 5 Min. de lectura

Por Alfonso Barranco (@AlfonsoPLG)


Mucho se ha hablado respecto al COVID-19, que de dónde vino, que porque se propagó de esta manera, que si las medidas que han tomado los gobiernos han sido las más adecuadas, que si la gente ha seguido o no las recomendaciones de las autoridades, que las clases en línea, que el teletrabajo, que la productividad y el ocio, pero ¿qué tanto se está hablando de lo que vendrá después de esta pandemia? ¿cómo una sociedad que no ha sufrido una crisis de esta magnitud, en al menos cuatro generaciones, sabrá salir avante?


¿A poco no les da miedo pensar en lo que nos habremos convertido después de esta pandemia, en lo que se convertirá el mundo?


Los optimistas piensan que la gente resurgirá más unida y empática, al ver lo importante que es ayudar al prójimo y la loable labor que han realizado médicos, enfermeras, trabajadores agrícolas y transportistas y todos aquellos que se han encargado de curar a los enfermos y brindar los insumos necesarios para que el resto de la gente continúe lo más normal posible con sus vidas, por mencionar. Sin embargo, se han contabilizado diversos ataques contra estos héroes y heroínas por parte de un sector de la sociedad, que, aunque cabe resaltar es pequeño, nos reflejan una realidad en la que la sociedad aún no está preparada para atender indicaciones de los expertos y en su lugar, prefiere hacerle caso a sus impulsos, miedos o deseos. La misión estará en saber aprovechar esta exhibición de desconocimiento y falta de respeto al personal agredido, para alzar la voz y exigir medidas que garanticen las condiciones óptimas para que aquellos que hoy están dando la cara ante un virus de proporciones pandémicas, el día de mañana sean reconocidos y valorados con condiciones a la altura.


Por otra parte, se encuentra el sector de los trabajadores a distancia, que, aunque su labor pueda ser más silenciosa, no debemos perder de vista la importancia que ésta tiene, empezando por ser una modalidad que les permite a los trabajadores contar con una fuente de ingresos para sus hogares y así brindar un poco de certidumbre a la situación financiera de muchas familias, y por otra parte, permite mantener cierto ambiente de “naturalidad” a los usuarios de las industrias creativas y financieras, porque si, Netflix, YouTube, los bancos y los videojuegos online no se mantienen trabajando solos, detrás de ellos hay cientos de personas trabajando por mantenerlos en funcionamiento.


Pero ¿qué hay de estas personas que trabajan a distancia? Durante mucho tiempo se habló de la importancia de incorporar el Home Office a la estructura básica de una empresa, aludiendo a la protección del medio ambiente y brindar más tiempo de esparcimiento de los trabajadores, pero, ¿son estos tiempos de home office lo que esperaban? ¿estamos en la panacea de lo que sea avecina como las nuevas tendencias en el trabajo? Pues al parecer, no sólo la tecnología era un factor clave a tomar en cuenta para incorporar este estilo de trabajo millenial, sino también, el factor ético empresarial y el cuidado al ser humano, ya que, actualmente muchos trabajadores han hecho un llamado de atención masivo para denunciar una saturación laboral mayor, aludiendo a que sus jefes tienen la creencia de que “trabajo en casa=más horas de trabajo gratis”, no respetando horarios para solicitar la entrega de documentos e informes y realizando invasivas reuniones y videoconferencias, por mencionar algunos ejemplos, ignorando completamente que, a raíz del confinamiento, están en casa no sólo los trabajadores, sino toda la familia. El hecho de que ahora se presenten estas observaciones, y más importante aún, se trabajen en ellas, permitirá que las empresas y los empleados gocen plenamente de una modalidad laboral que actualmente se ha visto reflejada en el incremento significativo de la productividad de diversas industrias, y no olvidemos lo más importante, el ecosistema (urbano) se los agradecerá.


Y hablando de la productividad…hablemos un poquito del consumo.


A causa del cierre de tiendas y centros comerciales, ahora estamos instados a consumir meramente lo necesario, que se resume a dos cosas: medicamentos y alimentos. fuera de eso, cualquier otro sector de la economía opera, pero con bastantes restricciones, lo que invariablemente conlleva a reducir su consumo y su producción. Un claro ejemplo: los combustibles y los productos que tienen como materia prima el petróleo, ¿qué ha traído esto? Si, crisis económica e inestabilidad en los mercados financieros, pero no sólo eso, ha puesto sobre la mesa la pregunta si la explotación del petróleo es realmente una actividad tan indispensable como antes, o si acaso se ha demostrado que, irónicamente es de éste recurso no renovable del que más reservas innecesarias se tienen, en contraste con los medicamentos e instalaciones mínimas para atender la salud de la población.


De la misma forma, ¿no debería ser esta crisis petrolera una fuerte señal para que los gobiernos se planteen la necesidad de invertir en distintas fuentes de energía y de producción menos dañinas al medio ambiente?, y ¿no deberíamos ser nosotros como población, conscientes de que hay muchas cosas que simplemente son prescindibles? Quizá esta es una oportunidad para apreciar aquello que siempre ha estado ahí, algo que nos ayuda a conectar con nuestro lado humano y a lo que ahora mismo tenemos acceso de forma más sencilla que en ninguna otra época de la historia, me refiero al arte, que puede estar ahí o que puede ser producida por nosotros mismos, ya sea escribiendo, pintando, cantando, etc. Si, para su creación se necesita infraestructura y recursos humanos, económicos y naturales, pero es precisamente en la asignación y gestión de estos recursos en donde deberíamos fijar nuestra atención, ¿se les está dando a los artistas los medios y el apoyo necesario para su desarrollo? ¿qué acaso se nos olvida que el acceso al arte y la cultura es un derecho humano consagrado por las Naciones Unidas?


Sin duda, muchas cosas difíciles de vislumbrar desde ahora se presentarán al terminar el confinamiento en nuestras casas y al respecto, no me queda más que una larga lista de “ojalás”:


Ojalá que esta nueva conexión a lo humano, nos permita conectar con las preguntas que potencialicen nuestro desarrollo.


Ojalá que aprendamos a consumir solo lo esencial y por esencial, entendamos que a lo que adquirimos le ponemos parte de nuestra esencia porque, no sólo eres lo que comes, son también eres en lo que gastes tu tiempo y dinero.


Ojalá apreciemos a nuestros seres queridos, con los que tenemos la fortuna de compartir espacio y tiempo, pero también a aquellos a quienes apreciamos a la distancia.


Ojalá nos regalemos mucho cariño propio, nos escuchemos y seamos capaces de enfrentar nuestros propios miedos, deseos e impulsos y aprender de ellos.


Ojalá seamos más humanos.

 
 
 

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